25.10.09

Bolivia


Desde hacía varios meses -creo que desde que habíamos llegado- veníamos planeando el viaje de fin de año. Todo el trabajo de los últimos meses lo invertí en viajar.

La ruta: Buenos Aires - Bogotá.


Además del pasaporte nos exigian la vacuna contra la fiebre amarilla, que en BA sólo se ponía en un hospital. De camino a él, en el colectivo, nos topamos con un señor de gafas profundisimas que intentaba leer un papelito muy chico.


Arrancó el viaje con un primer recorrido en Flechabus de Buenos Aires a la Quiaca. Fueron 27 horas !!27 horas!!



La primer escala fue Rosario. En el camino -increiblemente plano- me tope con un poste de luz lleno de pajaritos amarillos.


A nuestro lado viajarón una pareja de viejitos, TODO el tiempo tomarón mate (todavía me pregunto como a un país entero le puede gustar una bebida tan amarga).

Eran hermosos...


El viaje fue muy largo, tuve insomnio todo el camino.


Al pasar por Túcuman me arcorde del "Túcuman Arde" del conceptualismo argentino.


Jujuy: vacas, ovejas y patos.


Cumplí años en el recorrido... a las 12 de la noche Andree me dio un chocolate. Hubíese querido prender velitas como todos los años.



El norte argentino es arido. Nos topamos con unas montañas arenosas llenas de cactus grandisimos... casi 2m cada uno.


El Gauchito Gil es una suerte de Gregorio Hernandez. Un santo profano al que se le tiene mucha devoción.





Días antes había enviado una maleta inmensa en avión a Bogotá. Creía -en serio lo creía- que las cosas que había dejado serían livianas y las podría cargar. Me equivoque.

Cuando nos bajamos en la Quiaca no pude soportar mi equipaje nisiquiera una cuadra... me caí al piso. Fue abrumante, en especial porque recien iniciaba el viaje y aún nos quedaban cuatro paises por recorrer.



Andrés cargó todo. Su equipaje, el mio y un par de revistas de Laura.

En Villazón el pueblo boliviano de la frontera compramos una maleta de rueditas y la llenamos con las cosas más pesadas de todos. La pobre maleta parecía que se iba a romper a cada rato, al final llegó! sin una rueda pero llegó!


eEe primer día de viaje coincidio con mi cumpleaños. Apenas tuve un locutorio cerca llame a Colombia para recibir las felicitaciones de mis papas... lloré mucho ese día escuchandolos al teléfono.

Para celebrar fuimos a comer "pollo al speedo" entiendase pollo asado con papas, ensalada y coca-cola... estuvo buenisimo.

Ese mismo día (7 de diciembre) se celebraba en toda Bolivia el día de la Virgen de Copacabana, hubo un desfile lleno de los lindos colores de Bolivia...

Pueden ver las fotos en el flick de Andreé http://www.flickr.com/photos/jaimeiii/page8/



Al llegar al hotel, Lau tomo un baño... la ducha tenía conexiones flojas y si tocabas la pares te pasaba corriente.
Son muchos los momentos y recuerdos...

De los que me hicieron reir bastante este: cuando el colectivo que nos llevaría a Potosí estaba arrancando uno de los niños (3 o 4 años) que viajaba junto a nosotros salió por la ventana y le grito a sus familiares que lo despedian "adios babosos". Jajajajajajaja...


Este fue el obsequio que compre para mi hermano Sergio. La leyenda que tiene al lado es la explicación que traía la etiqueta



En otro de esos interminables viajes en autobus por las crueles carreteras bolivianas, Andrés bajo al baño en una de las paradas, al subir me dijo que nunca en su vida había visto un cielo con tantas estrellas...

Me gusta pensar en ese momento, me recuerda a una noche en el pueblito donde nació mi mamá que yo tambien me sorprendí de ver tantas estrellas...


En España se utiliza la expresión " Te quiero un potosí. " para expresar un amor muy grande o evidenciar lo valioso del mismo. Sin duda alguna esta expresión proviene de la valoración de la ciudad de Potosí al ser fuente de riquezas para la Corona Española en tiempos de los Virreinatos.
Camara de fotoaguitas.
Mientras cenabamos en un lugar de comida muy rica e increiblemente barato (allí ya podía comer arroz, papa, sopa, como en Colombia) un niño entro a cantar.

Fue muy conmovedor, su canción hablaba de la explotación laboral a los mineros de Potosí.
La comodidad de los autobuses bolivianos.

Como en todos los paises de latinoamerica, Bolivia tiene un elevado índice de natalidad.


Recuerdo a una bebe hija de una vendedora ambulante de mani. Me dio mucha tristeza verla sentadita en el anden, muy sucia... (Triste destino el de muchos niños no sólo bolivianos sino de todo el continente)

Otro día cayó una granizada impresionante.

Mientras toda la gente corria para protegerse de la lluvia, una señora simplemente se cobijo con su chal y se quedo parada bajo la lluvia... inmóvil, esperando.


En los trayectos en bus se veía de todo, gente que acostaba a sus niños embueltos en cobijas en los corredores del bus, señoras muy gordas que intentaban caber (y cabian) en las sillitas del bus, gallinas, truchas.... de todo!


Vuelta, vuelta, vuelta, vuelta, vuelta, vuelta, vuelta, vuelta, vuelta, vuelta, vuelta, vuelta....

La señora hermosa del Hostal Florida...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

wow me ha encantado..
me voy a poner a seguir tu blog ahora
saludos

ceci dijo...

super lindo. pero ojo porque es "altiplano". me encantó.

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