El 2008 será recordado en Buenos Aires como el “Año Marcel Duchamp”. A fin conmemorar 90 años de la estadía del artista francés en Argentina, se organizó una retrospectiva y un gran número de actividades en torno al pensamiento, de quien se dice cambió el arte del siglo XX.
Definir el legado de Duchamp es un desafío. Su obra aparece como punto de unidad estética entre prácticas artísticas muy diversas y en apariencias opuestas; para entender a Duchamp es necesario estudiarlo desde los diferentes campos de batalla en que libro su histórica contienda. “No hay tan sólo uno sino varios Marcel Duchamp: el autoproclamado maníaco del ajedrez, el proveedor de bienes negociables, el inventor de ilusiones ópticas, el aficionado al erotismo, el curador/exhibidor-diseñador, el escritor de apuntes, el realizador de reproducciones, el entusiasta de la transparencia y la lista podría seguir…” comenta Elena Filipovic, curadora de la retrospectiva “Una obra que no es una obra de arte”.
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